Cuento relacionado con el mar

Como sabéis, durante este curso estamos realizando muchos cuentos para ir desarrollando la expresión escrita. En este caso, y en relación al tema, tocaba un cuento relacionado con el mar...
Aquí vamos a ver dos de los que han entregado los alumnos y alumnas.

"Un día en el mar"
Había una vez, una gran familia que estaba discutiendo porque unos querían ir al mar, otros al campo, otros a la piscina y otros al río. Pero después de mucho discutir, por fin decidieron pasar el día en el mar.
Se pusieron a preparar lo que se tenían que llevar. La mamá preparó la comida, el papá cogió la mesa, las sombrillas y las sillas, y los niños y niñas cogieron las gafas para bucear y la crema para el sol.
Cuando llegaron al mar, los niños se fueron directamente a bucear para ver los peces que vivían en el fondo del mar.
Allí había muchas casitas pequeñitas donde vivían los peces pequeños, pero al lado de las casas pequeñas, había una casa enorme donde vivía el tiburón. Los niños al verla se asustaron mucho, pero los peces pequeños le dijeron que no pasaba nada, que el tiburón era muy bueno porque les protegía a todos los pececitos pequeños de los peces grandes y malos que querían comérselos. Los niños se sintieron muy felices porque pensaron que el tiburón era como sus padres y madres, que siempre están para ayudarlos y protegerlos de las cosas malas.

Daniel Alarcón 2ºA

"La medusita"
Había una vez una ciudad bajo el mar en la que había muchos peces, como tiburones, peces martillos, tortugas marinas y medusas. Todos eran amigos.
Pero había una medusa que era muy pequeña y estaba muy triste porque no tenía amigos.
Un día estaba llorando detrás de una gran piedra y pasaron unos pececitos que empezaron a burlarse de ella. Le decían que la piedra parecía un gigante al lado suya, que era muy chica. Pero pasó una tortuga y le dijo: "no te preocupes, yo seré tu amiga y nos divertiremos juntas". A partir de ese momento, quedaban todos los días, iban al parque y a la feria.
La tortuga le presentó a la medusa a sus amigos, y les cayó muy bien.
Ahora la medusita ya no estaba triste porque tenía amigos para jugar.
Al paso del tiempo, un día se miró al espejo y vio que había crecido y que ya era igual que los demás, y se puso muy féliz y ya nunca más lloró.

Raúl Obrero 2º.A